Primeramente
discutiré el personaje de don Félix, que claramente carece absolutamente de honor:
es un personaje arrogante, altivo, indiferente y insensible. Esto se presenta
por ejemplo en un pasaje en la tercera parte de la obra : después de la muerte de Elvira,
don Félix no siente ningún sentimiento de culpabilidad. Es por su culpa que
doña Elvira está muerta pero el estudiante continua su vida llena de
indiferencia y aún vende sus cosas para que pueda jugar:
« Necesito ahora dinero y estoy
hastiado de amores. Dos mil ducados, señores, por esta cadena quiero. »
Don Félix vende el
collar y un retrato de don Elvira, y con este gesto demuestra que es un hombre
egoísta y despiadado. Solo piensa en jugar y en divertirse y no piensa en la
muerte de su antigua amante. Esto es un signo que carece de atención,
sensibilidad y respeto, cosas indispensables para un hombre de honor.
El personaje de don
Diego por otro lado es un personaje respectable, esto ya se ve en la
descripción de su entrada en la historia :
« Pálido
el rostro, cejijunto el ceño, y torva la mirada, aunque afligida, y en ella un
firme y decidido empeño de dar la muerte o de perder la vida, un hombre entró
embozado hasta los ojos, sobre las juntas cejas el sombrero: Víbrale el rostro
al corazón enojos, el paso firme, el ánimo altanero. »
El hermano está
descrito como resuelto y emocionado por lo que el estudiante hizo. Decidió de
vengarse del estudiante. El hecho de vengar su familia y de salir en defensa de
su familia es la prueba de que es un hombre honorable.
Otro aspecto que se
eleva aquí es el honor de la familia. Esto siempre ha sido un elemento
importante : ya en la edad media esto fue muy importante en España :
por ejemplo la venganza del cid en los infantes de Carrión después de que ellos
deshonraron sus hijas.En una situación así, el hombre se ve obligado de
vengarse si quiere mantener el honor o la honra de la familia. Y esto es lo que
hace don Diego :
« Encubierta
fatídica figura.-sed de sangre su espíritu secó, emponzoñó su alma la amargura,
la venganza irritó su corazón. Junto
a don Félix llega- y desatento no habla a ninguno, ni aun la frente inclina; y
en pie delante de él y el ojo atento, con iracundo rostro le examina. »
El hecho de que don
Félix aún en esta situación guarda su actitud burlón y cínico demuestra otro
vez el carácter insensible. En vez de tener miedo o arrepentirse, se burla de
don Diego :
« Buen
hombre, ¿de qué tapiz se ha escapado, -el que se tapa- que entre el sombrero y
la capa se os ve apenas la nariz? »