lunes, 6 de enero de 2014

Un honor engañoso

    El honor es un elemento central en este cuento. El sobrino representa una persona que tiene todas las características superficiales de alguien honorable:

    “Este tal sobrino es un mancebo que ha recibido una educación de las más escogidas que en este nuestro siglo se suelen dar; es decir esto que sabe leer, aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser leídas; contar no es cosa mayor, porque descuida el cuento de sus cuentas en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar; baila como discípulo de Veluci; canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar nunca en voz; monta a caballo como un centauro, y da gozo ver con qué soltura y desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y conocidos; de ciencias y artes ignora lo suficiente para poder hablar de todo con maestría.”

    Pero según la historia progresa, descubrimos que no es una persona muy honorable: 

  
    Esta impresión aún se refuerza cuando el sobrino ha conseguido el reloj: su actitud humilde cambia al instante y es de nuevo como antes : un hombre que está preocupado por las apariencias. Tiene una tremenda impulsa de pertenecer a las personas "respetables". Esto está criticado por Larra: el sobrino ignora su identidad y prefiere fingir las cosas para pertenecer a la clase alta, que ser su mismo. El señor que entra más tarde en la tienda de empeños es igual: 

"Tengo que ir esta noche sin falta a casa de la señora W***, y estoy sin traje: he dado palabra de no faltar a una persona respetable."

 En la tienda de empeños varias personajes están introducidos : son ejemplos de personas que han sacrificado su honor por otra cosa: los juegos, un baile importante,  las apariencias, las fiestas etc.


     Está claro que el honor es un asunto importante para Larra: cuándo su sobrino viene que verlo para pedirle de proteger su honor, no tiene dudas de hacerlo. Aunque sea algo que no quiere hacer, se da cuenta de la importancia del honor y decide de ayudarle. 


El Pobrecito hablador. 9/1832, n.º 4.
Empeños y desempeños


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